La Vida Cristiana
Las tentaciones. Lección 12 de 24
¡Qué bueno sería si no tuviéramos las tentaciones! Pero estas inquietan al cristiano, a toda hora. Hay que soportarlas y resistirlas (Santiago 1:12). A través de ellas, el cristiano crece en su confianza en Dios, y adelanta el reino de Dios cuando no cede ante ellas.
Jesucristo mismo fue tentado (Mateo 4:1-11), pero no pecó (Hebreos 4:15). Ser tentado no es pecado; caer en la tentación sí lo es. Ante las tentaciones, ¡a luchar para vencer en el poder de Dios! En seguida, algunas ideas que nos pueden ayudar a vencer:
1. Debemos cuidarnos de manera especial en cuanto a nuestros puntos débiles y en los momentos difíciles de presiones y tristezas. Satanás aprovecha estas situaciones para enviarnos tentaciones.
2. Tengamos en cuenta que las tentaciones pueden venir cuando menos esperamos. A veces vienen en seguida después de una experiencia espiritual muy buena. Así fue tentado Jesús, justo en seguida de Su bautismo.
3. Tenemos que vigilar constantemente (Mateo 26:41). Nunca podemos dormirnos ante este peligro. Nuestro enemigo, el diablo, siempre está al asecho.
4. A menudo la tentación llega en forma inesperada o por personas de confianza. Acuérdese de que por medio del apóstol Pedro una tentación grande le llegó a Cristo (Mateo 16:21-23). La tentación se presentó ante Eva en forma de una serpiente, para ese entonces, el animal más astuto del campo que Dios había hecho (Génesis 3:1).
5. La mejor manera para resistir la tentación es con la Palabra de Dios: así resistió Cristo. Véase Mateo 4:4,7,10. Cristo evaluaba las sugerencias de Satanás a la luz de la Palabra de Dios. Así supo que las sugerencias eran malas y las rechazó. La Palabra de Dios en la conciencia del cristiano es más fuerte que la voz de la tentación.
6. Todos los hombres sufren tentaciones. Por lo tanto, no debemos sorprendernos cuando estas llegan (1 Corintios 10:13). Es normal ser tentados, pero hay que vencer y no entregarse: ¡el cristiano puede vencer! Lea varias veces 1 Corintios 10:13. Lo que dice este versículo es una promesa de Dios; Dios promete dar la salida, para que podamos soportar. Siendo así, no hay pretexto para caer. ¡Soportemos! Busquemos la salida y salgamos. El cristiano puede decir “no” al pecado y “sí” a la justicia. ¡Hágalo! Es su deber y es su privilegio.
Preguntas de repaso:
1. ¿Por qué no es extraño que el cristiano sea tentado?
2. ¿En cuáles momentos especiales debemos cuidarnos ante las tentaciones?
3. ¿Cómo hizo Cristo para resistir las tentaciones?
4. Aprenda de memoria 1 Corintios 10:13.
5. ¿Por qué decimos que el cristiano nunca tiene pretexto para caer en una tentación?
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