La Vida Cristiana
Su norma de conducta. Lección 5 de 24
El cristiano tiene “hambre y sed de justicia”, es decir, anhela fuertemente hacer lo justo; anhela hacer la voluntad de Dios. ¿Cómo puede saber lo que Dios quiere que haga? En la Biblia Dios ha expuesto Su voluntad para todos los hombres. Esta revelación se llama la ley de Dios.
El creyente y la ley de Dios
Es cierto que nadie puede cumplir esta ley, porque es santa, justa y buena, mientras nosotros somos pecadores (Romanos 8:7-8). Merecemos el castigo por nuestros pecados, es decir, por quebrantar la ley de Dios (1 Juan 1:3-4). Cristo nos salva de la condenación de la ley y nos libera, para que ahora obedezcamos la ley; es así como el cristiano muestra su amor a Dios (Juan 14:15,21,23). Así como Pablo lo hacía, quien se deleitaba en la ley de Dios (Romanos 7:22); nosotros también debemos amar a Dios. El amor genuino es el que busca agradar al amado. Por esto, solamente a través del cumplimiento de la ley podemos mostrarle a Dios nuestro amor de una manera correcta.
¿Se acuerda de cuando Dios sacó a los israelitas de Egipto? Después les entregó la ley. Fue un favor que Dios les hizo, porque solamente así podrían saber cómo servirle. Nótese que los israelitas no se ganaron la libertad por haber cumplido la ley. Más bien, Dios sacó libre a Su pueblo para que la cumpliera. ¡Cuán provechosa era esta ley para el pueblo de Dios! Véase, por ejemplo, los Salmos 1, 19, y 119. Pablo escribió a los corintios diciendo que lo esencial era guardar los mandamientos de Dios (1 Corintios 7:19). La obra de Cristo tenía como fin ver la justicia de la ley cumplida en Su pueblo (Romanos 8:4, Romanos 13:8-10). A través de todas las escrituras apostólicas, Dios nos enseña a guardar una conducta de acuerdo con Su ley. No hay otra manera de agradar a Dios; no hay otra manera para manifestar que Dios nos ha hecho personas nuevas. Para Cristo, lo importante era hacer la voluntad de Dios (Hebreos 10:7). Si queremos ser como Cristo, vamos a querer andar en los mandamientos de Dios; estos están resumidos en los diez mandamientos (Éxodo 20:1-17).
Los versículos como Romanos 6:14 no quieren decir que el cristiano no debe obedecer la ley de Dios; quieren decir que para justificarnos ante Dios no estamos bajo la ley. También, que no nos toca ahora seguir con las ceremonias de la ley de Moisés, puesto que en Cristo aquellos ritos ya tuvieron su cumplimiento. El cristiano, sí, guarda la ley moral, por cuanto esta ley es la voluntad eterna del Dios que no cambia, nunca.
Para el cristiano, la ley tiene los siguientes fines:
1. Le enseña la voluntad de Dios.
2. Le ayuda a resistir el pecado que aún está en él (Salmos 119:9-11).
3. Le hace entender cuándo ha pecado contra Dios (Romanos 7:7).
4. Le hace amar más a Cristo, quien le libra del pecado y de la condenación de la ley (Gálatas 3:13).
5. La ley destruye toda confianza en la carne al mostrar cuán imposible es hacer todo lo que Dios manda (Romanos 3:19-20).
Preguntas de repaso:
1. ¿Cómo se llama la revelación de la voluntad de Dios para nosotros?
2. ¿Qué es lo que el cristiano muestra cuando obedece la ley de Dios?
3. ¿Por qué es un favor que Dios nos haya dado su ley para obedecer?
4. ¿En cuáles sentidos el cristiano no está bajo la ley?
5. ¿Cuáles son los fines de la ley para el cristiano?
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