Imitar es colocar nuestro interés en alguien más, demostrando cierto grado de admiración por lo que esa persona es o por lo que tiene; o por ambas cosas. Siendo esto algo que se manifiesta en el ser humano desde los primeros años de vida; por ejemplo, cuando la niña se calza los zapatos altos de la mamá, caminando torpemente y causando sonrisas divertidas en quienes la están viendo.
¿A quién estas imitando?
El diccionario de la Lengua Española, define el verbo imitar como:
- Ejecutar algo a ejemplo o semejanza de otra cosa.
- Dicho de una cosa: Parecerse, asemejarse a otra.
- Hacer o esforzarse por hacer algo lo mismo que otro o según el estilo de otro.
En todo caso es colocar nuestro interés, en alguien más, demostrando cierto grado de admiración por lo que esa persona es o por lo que tiene; o por ambas cosas. Siendo esto algo que se manifiesta en el ser humano desde los primeros años de vida; por ejemplo, cuando la niña se calza los zapatos altos de la mamá, caminando torpemente y causando sonrisas divertidas en quienes la están viendo.
Sin embargo, esta imitación con el paso de los años, deja de ser inocente y divertida cuando nuestro interés ya se posa en modelos de vida nada ejemplares: el deportista de alto rendimiento que cosecha muchos triunfos, o el artista del momento con vidas donde se destacan los antivalores morales; entonces esto ya deja de ser divertido para convertirse en pecaminoso.
Sin embargo, nuestra imitación deja de ser pecaminosa y se convierte en la evidencia de una vida regenerada por la obra del Espíritu Santo, llevándonos al nuevo nacimiento, cuando nuestro modelo a imitar es Dios; así nos lo enseña el apóstol Pablo en Efesios 5: 1-2 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.”
De estos versículos podemos aprender:
- Nuestro referente debe ser Dios, nada ni nadie puede, ni debe reemplazar a Dios en nuestro modelo a seguir. Pero para esto, debemos conocer a nuestro Dios a través del estudio metódico, disciplinado y con entendimiento de su Palabra escrita.
- Nos ha hecho sus hijos, más aún nos ama como sus hijos, por tanto, debemos responder a ese amor, caminando en amor, imitando a Cristo en esto.
Pero el Señor Jesucristo, en su infinito amor, ha dado a su iglesia regalos preciosos para imitarlo a ÉL a través de estas personas:
El apóstol Pablo nos dice en 1 Corintios 11: 1 “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.”, exhortándonos a hacerlo todo para la Gloria de Dios.
En Hebreos 13:7, el escritor inspirado por el Espíritu Santo nos instruye en imitar a nuestros pastores, a aquellos que nos enseñan fielmente la Palabra de Dios, y su conducta refleja las enseñanzas que nos dan. “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.
Esto nos lleva a preguntarnos, ¿A quién estamos imitando, a los modelos de este mundo caído y alejado de Dios o a Cristo? Examinemos nuestros pensamientos, intereses, anhelos, conducta a la luz de la Biblia y respondámonos esta pregunta, siendo diligentes en corregir aquello en lo que la Sagrada Escritura de Dios nos exhorte.
Por Fredy Cerpa
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