Joel (Jehová es Dios)
Nombre del libro y autor
Este libro lleva el nombre de la persona que fue inspirada por el Espíritu Santo para escribirlo, Joel, aunque de él no se tienen datos confirmados como verídicos, la tradición dice que él pertenecía a la tribu de Rubén, pero otros consideran que pertenecía a la Tribu de Judá, por la ausencia en el libro de términos o referencias que indiquen que era de otro lugar.
Tema
El libro registra una devastación producida por una invasión de insectos devoradores (orugas, saltones, revoltones y langostas) (1:1-4), pero también por una sequía que produjo incendios arrasadores. (1:17-20). Como consecuencia lógica, vino el hambre, tanto en animales como en los seres humanos, hacía gemir, y toda esperanza era vana. Lo que acontecía en Israel no era casualidad, la abundancia en la tierra prometida dependía de la fidelidad del pueblo a su Dios, la desolación, por tanto venía como consecuencia de la maldad (Dt. 28). Esta desolación, donde no había uno solo que no gimiera, es usada para hacer referencia al día del Señor, el cual vendrá como destrucción por el Todopoderoso (1:15; 2:10). Aun así, Dios le ordena a la totalidad de los israelitas a humillarse profundamente, en arrepentimiento, para que pudieran experimentar nuevamente la abundancia en la tierra de Israel. Les habla de un día donde Dios derramaría su Espíritu y los que fueran objeto de ello recibirían dones espectaculares. Habla sobre el juicio a las naciones y sobre el futuro glorioso del pueblo de Dios.
Hablemos de lenguas
“Y después de esto derramaré sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones” Joel 2:28
Introducción
Mirando el texto, ni el profeta ni nadie llegaría a entender ni a imaginarse que se está hablando de idiomas hasta no leer Hechos 2. Allí, Pedro nos dice que el cumplimiento de la profecía de Joel es la que los presentes en el día de Pentecostés estaban experimentando. Todos los que habían venido del exterior, atónitos escuchaban hablar de las maravillas de Dios a unos 120 judíos, en el idioma de cada uno. ¿Por qué era tan importante el cumplimiento de esta profecía? ¿Todos los redimidos tendrían este don? ¿Sería permanente o temporal?
A. Origen de los idiomas
1. Idioma original. Desde la creación hasta Babel (cerca de 2000 años), los moradores de la tierra hablaron el idioma que Dios puso en Adán, y no hubo variantes. Esto facilitó que todos se pusieran de acuerdo para el mal. (Gn. 11:1)
2. Idiomas primitivos
a. La ciencia tiene dos teorías:
- Monogénesis. Que todas las lenguas se originaron de una única lengua. Esto seguramente basado en que hay idiomas similares con la misma raíz. Ejemplo: portugués y español
- Poligénesis. Que simultáneamente en diferentes lugares surgieron las lenguas. Esto basado en la existencia de idiomas con distinta raíz o semejanza. Ejemplo: el inglés y el chino.
b. La Biblia:
- La orden de Dios. Él ordenó, luego del diluvio a los descendientes de Noé, que se multiplicaran, que fructificaran y que llenaran la tierra, pero solo cumplieron la parte de multiplicarse y dejaron de lado lo de llenar la tierra. En su carnalidad, se ubicaron en la llanura de Sinar, pero no solo no se esparcieron, sino que allí fundaron el muy conocido sistema de la religión apóstata babilónica que se prolongará hasta el fin de los tiempos. La demostración de tal perversidad fue la construcción de una torre “que llegara hasta el cielo”, la cual mostraría su gloria delante de las futuras generaciones; hablar un solo idioma fue la base para que ellos se comprendieran en su perversa labor, la cual no estaban dispuestos a abandonar. (Gn. 9:1; 11:1-6)
- Dios desciende y confunde la lengua. Dios desciende y crea los idiomas primitivos y los hizo tan distintos el uno del otro que nadie se podía entender, fue realmente una total confusión, donde no había forma de ponerse de acuerdo de llevar hasta el fin su perversa obra. Es obvio pensar que Dios le dio un idioma a cada familia o grupo tribal, del cual al dispersarse formaran culturas distintivas, desenvolvieran características físicas y biológicas propias formando las razas. Debido a que la confusión continuó irían apareciendo idiomas derivados a medida que se esparcían. La Sociedad Bíblica Trinitariana dice que el idioma original no murió, que el patriarca Heber (padre de los hebreos), quien vivió en ese tiempo, fue la única persona que Dios dejó con el idioma original, y que el idioma es el hebreo, idioma hablado por el pueblo judío. Como podemos notar, el comienzo de los idiomas fue un juicio de Dios por la rebeldía del hombre. (Gn. 11:7-9; 10:25)
B. Promesa hecha a Abraham con respecto a familias de otras lenguas. Dios prometió que en la simiente de Abraham serían benditas todas las familias de la tierra, es decir, todos aquellos pueblos que salieron de la dispersión producto de la confusión. ¿Pero en qué consistía esa bendición? Como la Escritura afirma que la simiente de Abraham es Cristo, luego la bendición sería la salvación para personas de “todas naciones y tribus y pueblos y lenguas” (Gn. 12:3; 22:18; Hch. 3:25-26; Gal. 3:8, 16; Ap. 7:9)
C. Familias de otras lenguas bendecidas en el Antiguo Testamento por la simiente de Abraham. Aparte de los israelitas (muchos no alcanzaron la bendición), pocas personas de otras familias fueron bendecidas. Quizá el avivamiento notorio fue el sucedido en el pueblo Asirio, específicamente el ocurrido en la gran ciudad de Nínive, donde mediante la predicación de Jonás, Dios derramó su gracia sobre todos. (Jn. 3:4-10)
D. Cumplimiento de la profecía
1. La simiente de Abraham viene al mundo. El Hijo de Dios toma un cuerpo humano y cumple todas las exigencias de Dios en favor de todos los escogidos no solo israelitas, sino de todas las naciones, tribus pueblos y lenguas. Él carga todos sus pecados, recibe el juicio y castigo eterno por ellos y acaba con todo aquella confusión que impedía que ellos se acercaran a Dios. Su obra hace tanto de judíos como de personas de todas las lenguas un solo pueblo. (Jn. 1:29; Ef. 2:11-22)
2. Babel versus Pentecostés. Luego de que Jesús hiciera toda su obra para acabar la confusión, 50 días después de la pascua, en la fiesta de las primicias el Espíritu Santo desciende, (tal como lo hizo en Babel, pero no para confusión sino para bendición), y hace que los discípulos de Jesús (alrededor de 120) hablen, en idiomas de muchas partes del mundo, las maravillas de Dios, de forma específica la salvación gratuita en Cristo Jesús. Esta señal fue para mostrar al incrédulo pueblo judío que Jesús es la simiente de Abraham en la cual serían benditas personas de todas las lenguas de la tierra. Que de Judíos como de todos los pueblos hace un solo pueblo que hablen un solo lenguaje, el de Cristo. En Babel las lenguas fueron para confusión, en pentecostés lo fueron para bendición. (Gn. 11:7; Hch. 2; Ap. 7:9; 1 Co. 14:21-22)
3. El don de las lenguas. Debido a todo lo anterior, sin lugar a dudas este don señal correspondía a hablar idiomas, y no las supuestas lenguas angélicas del “neopentecostalismo”. A propósito del idioma de los ángeles, es importante recordar que las veces que ellos se comunicaron con los hombres, siempre lo hicieron en el idioma que la persona hablaba y no en un lenguaje confuso e incomprensible. También es necesario decir que este don lo tenían todos los apóstoles y que dentro de la iglesia solo algunos lo poseían. Por último, como el propósito fue el de ser una señal, este don fue temporal y no definitivo; y para demostrarlo es comprender que no existe hoy ninguna persona que sin haber estudiado otros idiomas, de repente resulte hablándolos. El que quiera saber otro idioma tiene que aprenderlo, y este no fue el caso con el don de lenguas. (Mr. 16:17; 1 Co. 12:28-29; 14:18-19; Hch. 12:6-11; 1 Co. 13:8)
Conclusión
“…Porque fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” Ap. 5:9-10