Entre otras razones, Jesús vino a predicar, en particular que el reino de Dios se ha acercado y que él requiere de nosotros arrepentimiento y que creamos en el evangelio. Este fue el mensaje que también compartió Juan el bautista y Pedro, pero además vino para dar vista a los ciegos.
Vino para dar vista tanto física como espiritual. Jesús vino además para revelar a Dios. Mientras los sacrificios eran sombras de lo que había de venir, Jesús viene y revela el significado verdadero de cada símbolo. De otra parte, Jesús vino a dar vida, en abundancia. La vida eterna viene de él.
La misión del Señor Jesús es gloriosa, si nosotros tenemos su vida entonces tenemos frutos, lo cual sirve de beneficio para los que están a nuestro alrededor. Así cada día resultamos mejores, y esto solo se logra gracias a la intervención poderosa e infinita de Dios sobre nosotros.