La labor de una madre es importante para cada hijo, para la familia, la iglesia y la sociedad. El pasaje central nos muestra el cuidado que tiene el Señor por las madres. Jesús se compadeció de la viuda de Naín y resucitó a su hijo. Este hecho nos sirve para conocer mucho acerca de Jesús.
En primer lugar, se puede ver que Cristo es soberano. La situación no se presentó por casualidad, sino que él gobierna todas las cosas. En segundo lugar, el Señor tiene compasión. En tercer lugar, Cristo consuela. Jesús tocó el féretro y el joven resucitó: todo lo hace limpio con su presencia.
Jesús dio una orden, y el joven muerto solo pudo obedecer y levantarse. Cristo tiene el poder; él hizo el universo, y lo que dice se hace. Jesucristo ha vencido la muerte y ahora podemos tener vida. Sigamos esperando la compasión y el poder de Cristo. Cristo ofrece vida para cada uno hoy.