1 Pedro 1
Llamamiento a una vida santa
13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 
14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 
15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 
16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; 
18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 
19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 
20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, 
21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. 
22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 
23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 
24 Porque:
    Toda carne es como hierba,
    Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba.
    La hierba se seca, y la flor se cae; 
 
25 Mas la palabra del Señor permanece para siempre. m Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.