El problema de la historia consiste en que juzgamos las situaciones al rededor nuestro con base en nosotros, nuestra experiencia y lo que vemos del mundo, y no en la totalidad del decreto eterno de Dios en la Escritura. Esto puede causar angustia por la incertidumbre, resulta que no sabemos por qué pasan las cosas.
El profeta Habacuc enfrenta este problema, y de su libro es posible extractar tres principios. 1) Identificar los principios fundamentales de la fe. Es como buscar piedras firmes sobre las cuales caminar. 2) Aplicar esos principios al problema que se enfrenta. 3) Dejar nuestras dudas en oración a Dios, lo cual no significa no actuar.
De las contradicciones históricas, la más grande de ellas es que el único perfecto entre nosotros, seres humanos, fue crucificado, ¿por qué pasó esto? Es difícil entenderlo desde la razón, pero el Señor planeó esta contradicción para reconciliar a los pecadores, fue su plan perfecto. Dios solucionó así el problema del hombre.
Pasaje central: Habacuc 1:12-2:1
12 ¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos. Oh Jehová, para juicio lo pusiste; y tú, oh Roca, lo fundaste para castigar. 13 Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él, 14 y haces que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne? 15 Sacará a todos con anzuelo, los recogerá con su red, y los juntará en sus mallas; por lo cual se alegrará y se regocijará. 16 Por esto hará sacrificios a su red, y ofrecerá sahumerios a sus mallas; porque con ellas engordó su porción, y engrasó su comida. 17 ¿Vaciará por eso su red, y no tendrá piedad de aniquilar naciones continuamente? 1 Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja.