Si usted es cristiano, ¿saben sus compañeros, colegas o vecinos que usted es cristiano? ¿Está dejando que su luz brille, o en lugar de ello, se avergüenza? La semana anterior se veía que el pasaje central hace referencia a la sal y la luz, lo cual implica que alrededor todo está en oscuridad y en descomposición.
Ahora, en este sermón se verá cuál es el plan de Dios ante la condición del mundo de oscuridad y descomposición. En realidad, ese plan es sencillo de entender. Se trata de que los cristianos, como grupo, sean la sal que preserva, y la luz que alumbra. Un cristiano está llamado a influir positivamente su entorno.
El cristiano debe ser como sal para retardar la corrupción, y como luz, para mostrar la verdad. Debe dar un testimonio de Cristo, apoyado con una vida coherente. Al final del sermón se trata un caso triste, cuando la sal y la luz no cumplen su trabajo; por último, se menciona el objetivo de Dios con el plan expuesto.