Las bienaventuranzas describen el interior del súbdito del Señor, y a la vez se observa la actitud del mundo hacia él. Ahora, Jesucristo, en el sermón del monte, continua diciendo cuál debe ser la actitud del cristiano hacia el mundo, es decir, cómo influenciarlo.
Este y algunos sermones que siguen estarán centrados en el análisis de cuatro cosas. La primera de las cuales está relacionada con lo que se puede inferir del pasaje. El sólo título de las demás son: el plan de Dios, el problema, y el objetivo.
¿Por qué se necesita que el creyente influya en el mundo? Lo que sucede es que este mundo, en lugar de ir mejorando, es cada vez peor. La única solución es el evangelio; la tarea es entonces presentarlo. El evangelio es el poder transformador, el cual cambia vidas.