Esclavitud

Esclavitud

"...el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció" 2 P. 2:9 (Foto: Geoff McClelland/Flickr)

Aunque las personas se consideren libres, todos los seres humanos somos esclavos o siervos de algo y de alguien. Solo hay que mirar superficialmente o analizarnos para darnos cuenta de ello. Todos los días vemos personas que terminan haciendo cosas hasta ridículas para agradar a otro, seres esclavos de los vicios, del deseo de fama, de la moda, del deseo de poder, de religiones, de la música, de la T.V., de Internet, del teléfono, entre otras cosas. ¿Será que aún existe la esclavitud de los seres humanos? ¿Existe alguien que no vemos detrás de esta esclavitud? ¿Por qué consideramos que toda esclavitud es perjudicial?

I. Definición de esclavo
Sujeto dominado por el pecado y por ello carece de libertad; esta definición se toma en el contexto espiritual.

II. Tipos de esclavitud

A. Física. En este segmento hablaremos de hombres como propiedad oficial de otro hombre. No se conoce con exactitud la época en que algunos hombres se hacían propiedad o propietarios de otros hombres; sin embargo los pueblos de la Mesopotamia aproximadamente desde el año dos mil antes de Cristo ya practicaban la esclavitud. Ésta apareció inicialmente como resultado de las guerras; el pueblo que era vencido pasaba a ser propiedad del vencedor; pero no era la única forma de esclavitud. Países repentinamente cambiaban sus normas y tomaban como esclavos a los extranjeros que vivan en su territorio, como ocurrió con Israel: hubo personas que se vendían como esclavos para poder sobrevivir. Los prestamistas tomaban como esclavos a las personas o familiares de las personas que no les podían pagar sus deudas, los ladrones que no podían pagar el hurto cometido eran vendidos para pagar el perjuicio ocacionado. El primer anuncio de esclavitud en la Biblia fue hecho por Noé cuando su hijo lo deshonró, es así como el patriarca proféticamente anunció que los cananeos serían siervos de los semitas y de los descendientes de Jafet (Gn. 9:25-27) Se evidencia que la primera persona que se registra como dueño de otros hombres es Abraham (Gn. 12:5). El último país en abolir la esclavitud fue Mauritania en 1980, pero aun así este país africano continuó traficando con seres humanos hasta que en el 2007 fue penalizada. En otro sentido, la esclavitud física continúa de forma ilegal y disfrazada, especialmente en el tráfico de personas para la explotación sexual.


B. Espiritual. Por lo que la persona piensa, habla y hace se puede saber quién o qué lo está gobernando. Existen dos clases de esclavitud.

1. Esclavitud de las tinieblas. Está compuesta por tres esclavizadores.

a. Mundo. No estamos hablando del mundo físico o material, hablamos del sistema invisible de maldad que se opone a todo lo que es Dios y lo que implica cumplir con su mandato. El mundo tiene sus normas, que de manera sutil o directa atacan las Escrituras. Dichas normas procuran satisfacer al hombre en todos sus deseos; de ahí su éxito como esclavizador. (1 Jn. 2:15-17; Stg. 4:4-5)

b. Satanás y sus ángeles. Querubín creado para proteger; sin embargo, es claro que desde su rebelión se dedicó solo a destruir a los seres humanos que se lo permiten. Este también es conocido como el príncipe de este mundo. (Jn. 12:31; Ef. 2:2; 2 Ti. 2:26) Todos los hombres que aún no han nacido de nuevo, quieran o no, entiendan o no, acepten o no, son sus esclavos.

c. Naturaleza adámica o pecaminosa. Esta es la condición espiritual heredada de nuestro padre Adán, la cual recibimos en el instante en que somos engendrados; en esta condición todas las áreas espirituales del hombre para hacer el bien están completamente muertas. (Ro. 5:12; Sal. 58:3; Ef. 2:1; Jn. 8:34)
* ¿Cómo sabe la persona que es, o no, esclavo de las tinieblas?

Cuando el hombre dice que no cree en Dios, o rechaza la Biblia, sabemos que es esclavo de la tinieblas; sin embargo, la mayoría de personas que son esclavas de las tinieblas dicen creer en Dios y amarlo; se deleitan en sus promesas y muchos tiemblan cuando saben de sus terribles juicios, miran la Biblia como un libro sagrado, incluso la usan, pero sus actos, especialmente su vida privada, no se ajustan a la Palabra de Dios (Lc. 6:46; Jn. 14:24; Stg. 2:19)

Sus pensamientos buscan solo lo temporal, lo que satisface a la carne (Mt. 6:31-32; Hb. 11:25b) su camino es el ancho y espacioso, todo su trayecto está lleno de la feria de las vanidades: codicia, vicios, placeres carnales, ocultismo, religiones con falsa piedad que le prometen el cielo y la tierra. (Mt. 7:13; Gál. 5:18-21; Col. 2:21-23) Aunque el esclavo de las tinieblas parezca feliz, en realidad no goza de paz interior, es como un mar agitado que no se puede calmar (Is. 57:20-21)

Nos preguntamos entonces, si hay seres humanos que no son felices, ¿por qué no se liberan de esa esclavitud? Porque las personas no tienen la capacidad para hacerlo, no entienden cómo hacerlo y lo peor no desean hacerlo, ¿por cuál razón? El pecado es como una fruta venenosa pero irresistible; pueden hasta saber cuál fruta lo está matando, pero es tan deleitosa que no puede dejar de comerla (Ro. 8:7-8; 1 Co. 2:14; Jer. 13:23; 2 Ti. 3:13; Pr. 10:23; 14:9; 23:29-35) El final lamentable del que perece en tinieblas es la separación definitiva de Dios (1 Co. 6:8-9; Ap. 21:8)

2. Esclavitud de la luz. Significa estar completamente libre de la esclavitud de las tinieblas, espiritualmente vivo. Para lograrlo es obligatoriamente necesario estar unido a Dios, el nuevo Amo y Señor (Ro. 6:16-22)

a. ¿Qué se requiere para estar en la luz? Se requiere que alguien liberte al esclavo de las tinieblas y pague el precio del rescate. Nuestro Señor Jesucristo es el único Libertador y Redentor. Él venció al mundo, venció a Satanás y crucificó junto con Él al viejo hombre. Jesús pagó el rescate de muchos, no con oro o plata o piedras preciosas, sino con su propia sangre; es decir, con su propia vida. Por ello todo aquel que es unido por el Padre a Jesús será libre de la esclavitud de las tinieblas y será siervo de la Luz (Jn. 16:33; Hb. 2:14-15; Ro. 6:6; Jn. 8:32,36; Ro. 6:23; 1 P. 18-19; 2:24-25)

b. ¿Qué característica presenta el siervo de la luz? Una dependencia de Dios y una búsqueda continua de santidad ajustada a la Palabra de Dios. (1 Jn. 3:1-9)

c. ¿Cuáles cuidados debe tener el que es esclavo o siervo de la Luz? Aunque esta persona jamás volverá a ser esclavo de las tinieblas, no debe olvidar que aún está en el mundo, que el Enemigo lo atacará con sus dardos de fuego, y que aunque ya no es dominado por la carne, el viejo hombre está presente en su vida con todo su arsenal de maldad. Por tanto, debe vigilar para no ser seducido y envuelto en cosas que ofenden a Dios, trayendo así su disciplina. Aun de las cosas que considere que no son pecaminosas no debe dejarse dominar por ellas (Mt. 26:41; Gál. 5:1; 1 Co. 6:12; 10:23; 1 P. 2:11; 5:8)

d. ¿Cuáles son los resultados de ser esclavos de la Luz? Aunque en este mundo pase por muchas pruebas, puede gozar de la paz de Dios que sobrepasa todo humano entendimiento, y luego de la muerte tendrá una felicidad plena y eterna (Ro. 5:1; Fil. 4:6-7; Ro. 8:28-39; Fil. 1:23; 1 Ts. 4:16-17)

III. Pregunta obligatoria
Según la forma como usted piensa, habla y actúa, ¿de quién es esclavo?

Marque con una X según la identidad que tengas con los siguientes enunciados: a. De las tinieblas_____ b. De la Luz _______

Solo para que reflexione:

Señale cuáles actividades de su vida mantiene en las tinieblas.

 

IV. Invitación
Sé que si usted es esclavo de las tinieblas su vida nunca será feliz, no tendrá paz, no podrá pensar con tranquilidad en el momento de su muerte; sé que tiene miedo de que llegue ese momento. Por eso, y aunque no pueda, ni entienda, ni desee salir de la esclavitud de las tinieblas en las que ha permanecido desde cuando fue engendrado, Jesús le dice: "venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os hare descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga" (Mt. 11:28-30)

Conclusión
"Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad" 2 Co. 17

 

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