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La voluntad del hombre versus la voluntad de Dios

La voluntad del hombre versus la voluntad de Dios

No todos están dispuestos a aceptar que Dios soberanamente aplica su obra salvadora a quien Él quiere y que al sujeto a quien Dios aplica esta obra no puede de ninguna manera resistirse a la misma. (Foto: Tjpytheas/flickr)

 

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La voluntad del hombre versus la voluntad de Dios

 

Me corresponde esta mañana tratar un tema que generalmente levanta controversia entre los estudiosos de la teología. Se trata de establecer en cuál sentido es posible que el hombre pueda oponerse a la operación divina en la aplicación de la obra salvadora de Cristo. Dicho de otra forma, a manera de pregunta, consistiría en lo siguiente: ¿La Biblia enseña que el hombre puede rechazar o aceptar la oferta de salvación según su deseo? Sí o No, en qué sentido Sí y en cuál No.

Vale la pena decir que fácilmente todos los estudiosos de las Sagradas Escrituras estamos en total y sincero acuerdo en que Dios es soberano y que todo lo que ocurre en el universo tiene como causa primaria la voluntad de Dios, y que es imposible oponerse a la omnipotente voluntad divina.

Hasta ahí, por lo general, hay completa unanimidad. Sin embargo, cuando se está tratando el tema de la obra salvadora que Dios se ha propuesto para la salvación de los pecadores, no todos están dispuestos a aceptar que Dios soberanamente aplica su obra salvadora a quien Él quiere y que al sujeto a quien Dios aplica esta obra no puede de ninguna manera resistirse a la misma, es decir, no puede rechazar la oferta de salvación en Cristo.

 

I- El hombre puede rechazar y oponerse a la voluntad de Dios en cuanto a su salvación

1) 2 P. 3:9; El Espíritu Santo no está enseñando en este pasaje el universalismo que proclama que finalmente, por voluntad de Dios, todos incluyendo los ángeles caídos serán salvos. Lo que está diciendo es que Dios desea que el pecador se arrepienta y sea salvo, pero el pecador hace caso omiso de la paciencia que Dios tiene para con él: y rechaza voluntariamente la invitación al arrepentimiento. En otras palabras, podemos decir que en este sentido el hombre si puede oponerse a la voluntad de Dios. (Ciertamente si Dios hubiese querido salvar a todos los pecadores, los hubiese traído a todos a la salvación. Pero, por razones que no se nos han revelado totalmente, Él deja a muchos en su estado de impenitencia).

2) Jn. 3:18, (19): se puede afirmar que hay quienes rehusan creer en el Señor.

3) Jn. 5:40: voluntariamente rechazan la invitación del Señor.

¿Por cuál Razón hay Quienes se Oponen y Rechazan la Invitación al Arrepentimiento y a la Salvación?

La razón que encontramos en las Escrituras tiene que ver con el estado depravado en que todo hombre se encuentra en su estado natural por causa de su naturaleza pecaminosa. Jer. 13:23

- Ro. 8:7,8; el hombre en su estado natural es carnal, y en la carne nada puede hacer para agradar a Dios (carnal no debe entenderse aquí como un estado pecaminoso del creyente, sino como la condición del incrédulo).

- El hombre natural se encuentra en Enemistad contra Dios, y en consecuencia se opone a su voluntad, por lo cual no obedece sus mandamientos, y rechaza la invitación al arrepentimiento.

- En anteriores reuniones hemos analizado las consecuencias de la caída, y entendimos que el hombre como consecuencia del pecado, se encuentra Incapacitado para hacer cualquier bien moral agradable a Dios y que la voluntad humana quedó esclava del pecado, pues su deseo de continuo es el mal.

- Recordemos que al hacer un estudio detallado a la luz de la Palabra, acerca de la condición en que se encuentra la voluntad humana por causa de la caída, concluimos que el hombre aunque no perdió su capacidad de elegir o autodeterminación, sí, perdió lo que teológicamente llamamos libre albedrío.

- Quienes heredamos el pensamiento teológico de la iglesia reformada del siglo XVI insistimos en que Adán gozaba de libre albedrío, pues su voluntad era libre para hacer el bien o hacer el mal. Que en la caída Adán conservó la capacidad de pecar, pero perdió la capacidad de no pecar.

- El pecado corrompió todos los deseos en Adán y toda su descendencia, de tal manera, que perdió la libertad real para hacer el bien, y su voluntad quedó esclavizada a sus deseos corruptos. Jn. 3:18,19 nuevamente.

- En la caída, el hombre perdió su afecto original por Dios. Para escoger a Cristo, el pecador debe tener un deseo por Cristo, el cual perdió, y en consecuencia se opone a la invitación que el Señor le hace para ser salvo y rechaza la oferta del evangelio.

- Es en este sentido que entendemos que el hombre puede resistir la voluntad de Dios con respecto a su salvación, cuando rechaza voluntariamente el llamado a creer en el Señor Jesús, pues su mente y su conciencia están corrompidas.

 

II- ¿En cuál Sentido, entonces, el Hombre no Puede Oponerse a la Salvación que Dios le Ofrece en Cristo?

Hay momentos en que nos cuestionamos acerca de qué es lo que sucede cuando a un grupo de pecadores se predica el evangelio y sólo algunos creen para salvación y otros persisten en su incredulidad rechazando el evangelio.

¿Qué es lo que hace la diferencia? ¿Qué o quién es el que marca, la buena voluntad del hombre para aceptar al Señor o la voluntad irresistible de Dios que opera en el pecador?

1. Algunos insisten que depende del hombre que acepte o rechace la invitación a ser salvo. Sustentan esta declaración argumentando que Dios no puede forzar a nadie para ser salvo. Este pensamiento insiste en que Hay un Campo en el Hombre que no Puede Ser Tocado por Nadie, Ni Siquiera por Dios, y este es su voluntad, que en conclusión Dios no obliga a nadie a creer.

2. Para enfrentar este tema, debemos volver a reflexionar acerca de la condición en que se encuentra el hombre por causa de su pecado. Está totalmente inhabilitado para creer, para arrepentirse.

- Está muerto en su delitos y pecados.

- Está incapacitado para hacer el bien. Ni quiere ni puede.

- Ama más las tinieblas que la luz.

Es Necesaria la Intervención Divina para que el Hombre Supere este Terrible Estado en que se Encuentra.

- Es asombroso el abultado número de pasajes y versículos bíblicos que hablan de la intervención directa de Dios para convertir al hombre y salvarlo. Jer. 31;18; Ez. 11:19; 36:27

- Sabemos que la Biblia enseña que la salvación es por gracia mediante la fe. Pero los textos insisten en que la fe es una obra de Dios en el pecador. Ef. 1:19 (20); Fil. 1:29

 

Dios Constriñe Irresistiblemente al Hombre para que sea Salvo

A. Jn. 6:65

1. Negación universal: la palabra ninguno incluye a todos.

2. Puede: este término indica incapacidad, no permiso. No dice que a nadie se le permite, sino nadie es capaz de venir a mí.

3. Si No; una condición necesaria; si no ocurre algo no puede venir.
¿De Dios la capacidad de ir a Jesús a todos los hombres?

 

B. Jn. 6:44

1. Traer: algunos lo interpretan como invitar, seducir, animar. Hasta aquí puede llegar la influencia de Dios en el hombre. Esto nos lleva a creer que fácilmente el hombre rechaza un galanteo de parte de Dios que lo invita al arrepentimiento.

2- Elko (Griego); compeler mediante superioridad irresistible. St. 2:6; Hch. 16,19

 

C. Hch. 16:14

Por este y otros versículos más debemos sostener que lo que la Biblia enseña acerca de la aplicación de la obra salvadora de Cristo al pecador incluye una intervención directa de parte de Dios que denominamos gracia irresistible o llamamiento eficaz, lo cual significa que Dios envía a su Espíritu Santo para que actúe sobrenaturalmente en los pecadores escogidos. Opera un cambio en los afectos pecaminosos del hombre, de tal manera que queda asegurado que los escogidos desde la eternidad por los cuales murió el Señor crean y sean efectivamente salvos.

 

El plan de Dios NO contempla someter nuevamente a prueba a todos los hombres.

 

Bueno, hasta allí la primera charla. Anexamos al final la segunda. Los temas que ofrecemos en las reuniones en la Biblioteca son de importancia básica para comprender y apreciar el evangelio. Le invitamos, hermano pastor, a la próxima reunión el día lunes 19 de noviembre comenzando a las 9:30 am. Si no conoce todavía la Biblioteca y los recursos disponibles, nuevamente se los ponemos a la orden. El uso de ella no tiene costo.

 

Atentamente, su servidor en Cristo, Eugenio Line.

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