Basta con ver si hay crecimiento espiritual… con observar si el Alfarero Celestial me está moldeando, a mí, que soy su barro, haciendo que mi manera de vivir sea cada día más parecida a la del Señor Jesucristo; más parecido en su santidad, honestidad, humildad, pureza sexual, sinceridad, bondad… (Foto: Chiot's Run/Flickr)
Si Él me hace cada día más obediente a su Palabra.
Si Él hace que cada día viva menos para mí y más para buscar intensamente los intereses de Cristo.
Si veo que hace que busque agradarle a Él conforme a su Palabra antes que a los hombres.
Si veo que las pruebas y las tribulaciones no me alejan de Él, al contrario, me acercan y me hacen más dependiente de Él.
Si lo anterior está ocurriendo dentro de mí, entonces puedo tener la certeza de que Él está viviendo en mí, porque humanamente jamás haría esto. Así sé que soy su templo y que Él me está conduciendo seguro para su reino eterno, el cual Cristo garantizó con su muerte y resurrección por mí.
“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;” Filipenses 1:6
“Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior se renueva de día a día.” 2 Corintios 4:16