El hecho de la creación ensalza a Dios, eso es así, pero no tanto como la redención en Cristo. Ahora Su misericordia, Su justicia, Su santidad y Su sabiduría, se revelan plenamente, en la cruz. (Foto: WaitingForTheWord/Flickr)
Nuevas de gran gozo
El hombre quedó separado de Dios cuando el pecado entró al mundo. Como resultado, la idea de gozo del hombre es llegar a ser feliz, como sea, siempre y cuando sea alejado de su Creador. Sin embargo, el resultado de esa búsqueda es el desengaño y el desasosiego aquí en la tierra, y luego será el dolor en el más allá. En contraste, cuando la luz del amor de Dios, revelado en el nacimiento y la muerte de Su Hijo, resplandece en el corazón humano, éste queda lleno de un ¡gozo inefable y glorioso! (1 Pedro 1:8). Dios es el autor, tanto del verdadero gozo, como de toda buena dádiva. Siendo Él perfectamente bueno y por encima de todo mal, la Biblia lo presenta regocijándose cuando el pecador se arrepiente y lo busca. Así también lo expresa el apóstol Pablo, quien deseaba para los romanos que el Dios de esperanza los llenara de todo gozo y paz en el creer.
Tengamos presente al único hombre que no tuvo que ser conducido al conocimiento de Dios, por cuanto su delicia había estado siempre en Él; aquel, llamado Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Este hombre perfecto y bendito, tenía su propio gozo en la comunión con Dios; en dependencia de Él. Él desea para todos los llamados a creer, que en esta Navidad Su gozo sea también de ellos. Así como lo fue para el ángel cuando anunció a los pastores el día del nacimiento de Jesús, según está escrito: “Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor”. (Lucas 2: 10-11).
Con el nacimiento de Jesús, la oscuridad, que había cubierto la tierra por muchos años, desaparecía; y se abría el camino del perdón y de la paz de Dios para los hombres. La cabeza de Satanás iba a ser aplastada, y pronto había de proclamarse la gran verdad: Dios es justo y al mismo tiempo tenemos el amor de Cristo (quien es justificador del pecador). Si estas no nos son “Nuevas de Gran Gozo”, qué habrá que nos merezca el calificativo de Gran Gozo.
Así como a los ángeles, quienes no han pecado y no tienen necesidad del Salvador, les causó regocijo la esperanza de que muchas almas sean salvas y libradas del infierno; así, hoy, esfuérzate por sentir ese mismo gozo. Y que cantemos como los ángeles: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz”. Porque es en el advenimiento de Cristo en donde se ve la gloria de Dios con su mayor plenitud. El hecho de la creación ensalza a Dios, eso es así, pero no tanto como la redención en Cristo. Ahora Su misericordia, Su justicia, Su santidad y Su sabiduría, se revelan plenamente, en la cruz. Por esto, busca cada día tener una convicción más profunda de la miseria del pecado, y así te sentirás agradecido y prorrumpirás en alabanzas de gozo, por la redención y proclamación del evangelio.
El Verdadero Gozo no es conocido en el mundo en su estado presente, ni siquiera en la celebración que este hace de la “Fiesta de Navidad”. Pero, hoy es el día para que el gozo que anhelas, y lo que buscas, lo encuentres aceptando a Dios, en la persona de Jesucristo.